miércoles, 19 de octubre de 2011

Leyendo voy


Siempre que viajo en tren o subte tengo que estar leyendo, no se por qué. En esos dos transportes nada más. Siempre tengo un librito a mano preparado para la ocasión. Pero cuando el viaje es en colectivo no se che...no me da para el libro, capaz trato de leer pero al segundo me empieza a doler la cabeza, no se en el colectivo no leo libros.

Pero entonces me aburro y ¿qué hago? Si hay una persona al lado...le miro el celular tratando de leer algo, leo los mensajes que manda o recibe, si está jugando a algo, miro...se me van los ojos. Si. Si si, lo hago. Así me entero que la Señora escribe "Estoy llegando", y después...me bajo antes yo, entonces pienso "Que mentirosa! Si le faltaba un montón ¿llegando a dónde?" "Que tarada que soy! Es la vida de la Sra qué te importa!" Me digo. Fin. Y me olvidé. Pero el ilícito lo cometí, me inmiscuí en su mensaje y por un segundo chiquito me sentí estafada, porque pensé que se iba a bajar y nada.

Ahora con los celulares que tienen pantallita, es re fácil leerle el mensaje a tu compañero de viaje. Se sube un Señor con ambo, al toque empiezo a sacar conjeturas, es traumatólogo, prestigioso seguro, tiene una cara de serio tremenda. Seguro es una persona muy culta, debe leer mucho y no solo de medicina. Apuesto a que cuando llega a su casa pone un buen CD de Jazz y lo escucha mientras toma un caro y rico vino. Uh! sacó el celular. ¿Qué hace? Está sintonizando una radio. No! Sintonizó RADIO DISNEY 94.3! Noooo! Señor Usted es traumatólogo y escucha Jazz! Cómo puede ser que vayas escuchando Radio Disney! Sos una mentira! Me engañaste con ese ambo y la cara de seriedad. Por qué usás Perramus y escuchás Radio Disney, no funciona así esto.

Y es así como en mi haber tengo montones de desengaños de mis compañeros de viaje. ¿Cuando voy a aprender lo superflua de las relaciones con mis compañeros de transporte?